En cada animal de tu marañas mentales
habitan deseos de seducción,
de ansias por bañar a la desnudez
con la saliva de tus besos.

En el bucear de tus peces de colores
que contrastan con el gris de tus escamas,
nadan los latidos ingobernables
de tu vientre no saciado.

No quiero ser humano,
anhelo retornar al bestiario,
relatos de amantes ensalivados
en el licor de tu niñez indomable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mmm
puede mejorar

Fenilalanina dijo...

Uno siempre encuentra divertida la vida informal e indomable.

Te leí, ahora quiero una pipa.
Ya vengo.