La voz se reparte en estertores
y en palabras perdidas
a través de un mísero hilo telefónico:
no he olvidado la lluvia
dentro de los ojos,
ni la sangre de tus dedos al disparar

Tampoco las cuentas recibidas,
papeles perdidos,
besos manchados
y
luces que violan las violetas del jardín

Menos aún a los gatos magros,
mojados de tanto maullar,
a los gatos negros
que dinamitan tejados de tranquilidad

El sonido anuncia líneas caducadas,
el sol no calienta mi almohada,
ni el microondas mi comida.

Hoy patearé al primer coche que me apunte con el claxon,
Ronald McDonald puede darse también por muerto,
¡los payasos al circo!
y el vino a nuestras venas

3 comentarios:

D' dijo...

Tan lejano y aún te siento dormir a mi lado.

Pitay dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pitay dijo...

El silencio es asesino y suicidio Matias
Voy a escribir rojo con hojas verdes, te pasaré la voz porque se acerca la muerte de sim ojos